lunes, 28 de noviembre de 2011

De conferencias y lecturas se llena una.

 Guillermo Pérez Villalta.Aire. Veleta-Jaula.
 El otro día asistí a una conferencia de Guillermo Pérez Villalta... Es un ser con tanta influencia ya que lo que diga va a misa... Pero yo no asisto a misa. Lo admiro por echarle cojones (¡ah! ¡esto último no ha sido una palabrota!) y decir que las drogas alucinógenas le ayudan a la inspiración (concretamente el lsd he escuchado de un pequeño saltamontes) y coincido con él en algunas escasísimas opiniones, pero discrepo, discrepo porque no se puede comparar a un artista abstracto con un paisajista realista y que la conclusión sea que Pollock resulte ser una mierda dicho literalmente (en un contexto relativo, no quiero confundir a nadie, no sé si a este hombre le disgusta Pollock o simplemente lo detesta), porque el Arte y la crítica social sí son compatibles, es más, me encanta que esté ligada a una crítica social. Pero son 2 opiniones, 2 estéticas diferentes y si no te interesa la dirección que está tomando una conferencia coges y te marchas.
Y para contrarrestar un poco este pequeño grito proferido con  necesidad, os dejo un fragmento que me ha gustado mucho del libro que estoy leyendo.

 —¿Pararemos el mun­do?
As­in­tió.
Me tocó por se­gun­da vez el hom­bro y en esa ocasión, además, me acari­ció el ca­bel­lo con suavi­dad.
—¿Nun­ca has para­do el mun­do?
—¿Qué es parar el mun­do?
—Parar el mun­do es de­cidir con­scien­te­mente que vas a salir de él para mejo­rarte y mejo­rar­lo. Para poder moverte y mover­lo mejor.
»En ese tiem­po debes in­ten­tar que nadie ni na­da te cree prob­le­mas.
»Al­imen­ta­rte de bue­na lit­er­atu­ra, de buen cine y, so­bre to­do, de la con­ver­sación de una úni­ca per­sona que te in­spire en este mun­do. ¿Y sabes qué...?
—¿Qué? —di­je emo­ciona­do y fasci­na­do.
—Luego el mun­do te pre­mia. El uni­ver­so con­spira a fa­vor de los que lo mueven. Y ésos son los que lo paran. ¿Tú quieres mover el mun­do o que te mue­va?
—Mover­lo —di­je con se­guri­dad—. ¡Mover­lo!
Él se unió a mí y comen­zó a gri­tar con­mi­go: «Mover­lo, mover­lo».
Y to­do lo que lo moveríamos... Parán­do­lo...

Si tú me dices ven lo dejo todo... Pero dime ven. - Albert Espinosa

jueves, 17 de noviembre de 2011

La turbia legalidad de las fotografías.

  Desde hace tiempo, leyendo algunas condiciones y términos legales (¡que locura, sí, a veces hago esas cosas!), sobre todo de concursos de fotografía, veo que te obligan a ceder tus derechos de autor, lo que les da libertad para manipular y divulgar tu foto sin mencionar la autoría de ésta. Suponiendo que los derechos morales que tienes sobre la obra son inalienables ¿cómo demonios se dan estos casos? Pues porque nosotros, al participar, estamos aceptando sus condiciones: tú te quedas con el premio, nosotros nos encargamos de la enajenación. Pero independientemente de lo que puedas recibir a cambio, ¿hasta cuándo seguiremos dejándonos azotar por este abuso? Y hablo solo de poner tu nombre, de reconocer que tú eres el fotógrafo que ha tomado la imagen, no estoy entrando en temas más complicados que también pisotean estos términos. Decir también que la cesión por tiempo ilimitado no existe en España, por lo que el órgano que tendrá en propiedad tu imagen debería estipular de cuánto tiempo será la explotación de tu foto, cosa que no hacen, dando por hecho que la imagen será de su propiedad hasta el fin de los días (algo que se da por hecho en todos los concursos).
  Y ya no sólo la alienación "voluntaria" del autor, conozco casos en los que empresas privadas entran en Flickr, toman alguna foto que les gusta y las explotan sin pedir si quiera permiso y sin mencionar la autoría (ni hablar de pagar por la obra).
  A todo esto mencionar también algo que me irrita mucho y es el abuso que se produce en las redes sociales en las que pueden coger tu foto y hacer dios sabe qué con ella, porque te has registrado y has aceptado términos y condiciones, pero éste es un derecho constitucional, el derecho a la imagen propia, y es algo a lo que casi todos los jóvenes de hoy día hemos renunciado.